sábado, 17 de octubre de 2009

Sobre tonteras del ex secretario de Hacienda Ibarra

Primero hay que leer esta nota: http://www.eluniversal.com.mx/notas/630811.html

Algo que tengo que decir sobre tonteras presentes en la nota:

“Ibarra aseguró que si no hay creación de empleos, la gente puede protestar y entonces habrá represión”. Pero… en estos años y meses recientes no ha habido creación de empleos (no en un agregado significativo) y tampoco ha habido (al respecto) protestas verdaderamente sociales y generalizadas. ¿Entonces...? “La gente” puede (lo subrayo: puede) protestar (Ibarra quiere dar a entender “protestar” como “salir a las calles”, “movilizarse”, todo en contra del Estado o un gobierno). No siempre lo hace, no es inevitable que lo haga, no importando que haya muy malas circunstancias socioeconómicas. Y cuando lo ha hecho, en donde sea, no es con espontaneidad y pureza sociales; siempre han sido claves, necesarios, para eso, agentes políticos y recursos político-económicos (lo que no es necesariamente malo; depende del caso, de los objetivos). En México hoy, “la gente” podría protestar (saquen al SME de su cabeza... o no lo metan a ella). Podría. Es sólo una posibilidad. ¿Y “entonces habrá represión”? Primero tendría que pasar una cosa y después nosotros tendríamos que esperar a ver si pasa la otra (que dependería no de que el presidente sea del PAN sino del tipo de protesta, los medios con que se protesta, la cantidad de protestas, el desarrollo político o partidización de una protesta, la conveniencia o costo político-mediáticos de reprimir, etc.) Así de simple. No se puede afirmar nada sobre este caso que es sólo una posibilidad (y construida casi en abstracto). Además, Ibarra prácticamente dice que siempre que se protesta hay (ha habido) represión (sus palabras: “y entonces habrá represión”), lo que es falso. Dejen de lado que la oración de Ibarra está hecha con las rodillas -¿cómo carajos puede ser una oración lógicamente válida y coherente y en sí misma atendible cuando pasa de la potencia ("puede protestar") a una consecuencia ("entonces habrá represión") sin enunciar un acto, sin que haya acto?-, concéntrense en lo que quiso decir y los hechos que a ello corresponden: no es cierto que toda protesta reciba represión. Cuando hay represión es porque ha habido protestas (en general, actuaciones, con legitimidad o sin ella, legales e ilegales, que son contrarias a partes estatales. Reprimir siempre es reaccionar); pero cuando hay protestas no siempre hay represión.

lunes, 12 de octubre de 2009

De "escritores-intelectuales"

“No sé por qué un tipo que no es novelista se atreviera a publicar un libro”. Dicho de una conocida –que no exactamente amiga- del connotado escritor ultracostumbrista poblano Oscar Alarcón (checar: ultracostumbrismo.blogspot.com; y el libro “Polimastia”, editado por la BUAP). El dicho me llevó a escribir unas líneas, que dejé como comentario en el blog de Oscar (“el dicho de la conocida” aparece dentro de uno de sus posts). Aquí se publicaron (con unos cuantos ajustes y adiciones), y posteriormente se convirtieron en un texto para la revista Replicante. Este post ya no es lo que era; lo que era se encuentra ahora en el sitio de Replicante.

jueves, 8 de octubre de 2009

Quejarse o proponer?

Quejarse (en el sentido de criticar) y proponer. Las dos cosas.
El que se queja y no propone puede ser estéril, cierto. Ahora bien, es una posibilidad, no es algo inevitable: su crítica puede hacer que otros propongan o hasta que otros hagan. Pero el que propone sin partir directa y explícitamente de estar en contra de algo no personal (sin quejarse, sin criticar) puede ser tanto estéril como perjudicial. Porque su propuesta parte de ser tonto (creer que todo está bien, o que nada es problemático, y que por eso no habría que corregir o destruir nada sino “mejorar”, dicho en sentido de linealidad, lo que hay porque todo es simplemente mejorable, es decir, básicamente bueno. Y, además, no se olvide, nada es perfecto. En la realidad social, nunca hay ausencia de “criticables”, hay muchas cosas que corregir y otras que no pueden mejorarse positivamente y deberían destruirse, como hay cosas que se pueden mejorar, con linealidad o no) o de ser un egoísta u oportunista (proponer lo que satisface sus intereses particulares, y solamente sus intereses; o proponer lo que satisfaciendo los de algunos “influyentes” le permite satisfacerse, y solamente, así, se satisfacen esos intereses. Todo esto puede implicar dos cosas más: ser cínico y/o corrupto). Al tonto que propone no le hacen caso (no se concreta su propuesta) y es estéril, no pasa nada; pero le hacen caso y entonces se vuelve perjudicial: la propuesta no se hace cargo de la realidad y sus problemas, así que los “congela” o hasta los agrava. Lo mismo para el caso del egoísta/oportunista. Y, como sabemos, a uno y a otro no son pocas veces las que les hacen caso los que deciden.
Desde luego, hay otras posibilidades como a) criticar erróneamente, débilmente, irracionalmente, parcialmente; b) criticar así y proponer así. Entonces, no se trata de criticar o criticar-proponer por el solo hecho de hacerlo. Es hacerlo reconociendo la realidad, con razones y con ética.