miércoles, 16 de febrero de 2011

jueves, 3 de febrero de 2011

Criticar hoy al poder Judicial poblano

Así como casi todos los medios poblanos empezaron a criticar a Mario Marín sólo cuando faltaban unos pocos meses para que dejara la gubernatura –y porque la ganó el opositor Rafael Moreno Valle-, desde hace poco tiempo se atreven a criticar (“independientemente”) al poder Judicial, especialmente al Tribunal Superior de Justicia. Molestamente, además de con fallas e imprecisiones (deliberadas en uno que otro caso?) y para mandar un mensaje al nuevo gobernador, lo hacen como si fueran extraordinarios, tipos inéditos y siempre agradecibles, como si arreglaran el mundo, como si fueran poderosos salvadores. Como si no hubieran hecho muchas otras cosas y lo que hoy hacen fuera el mejor periodismo posible. Lo hacen aun quienes tuvieron algo que ver, laboralmente, de manera directa o indirecta, con Guillermo Pacheco Pulido, magistrado presidente de dicho tribunal por varios años del pasado reciente, incluido el marinista. También quienes, hayan trabajo como sea con él o no, siempre elogiaron públicamente a “don Guillermo” Pacheco. Qué valientes! Qué grandes periodistas! Más: qué grandes analistas políticos! (Porque cómo vamos a creer que nada más son periodistas…). Da coraje, enoja racionalmente…
Dejemos de lado, por ahora, la forma y el fondo pretendido de su crítica; basta decir lo que es la verdad: que no van sino de pura grilla. No es que les preocupe el problema judicial local, mucho menos que sepan en serio sobre él. Es que ahora “pueden” “criticar”. De poder, pudieron haberlo hecho antes, incluso antes del caso Cacho, pero no sabían, o no “veían” nada, o no les importaba, o no les convenía, o todo junto. No es que el Tribunal no haya sido criticable sino hasta hace unos días. Criticable fue y es; yo lo critico, sin trucos ni payasadas. Lo que pasa es que para esos medios criticarlo antes de ayer era ir contra el gobernador; quitando muy raras excepciones, si se le criticaba era porque el gobernador lo pedía o si otro político poderoso podía “ver bien” que se le atacara. Penoso. Criticable. Por eso los critico, los critiqué, y los criticaré con argumentos, yo que ahora no puedo ni debo dejar de recordar que fui el primero, yo JOSÉ RAMÓN LÓPEZ RUBÍ CALDERÓN, arriesgando, en criticar –sin personalizar, sin grillar- al Pacheco Pulido del que tantos estaban o están enamorados, al servicio del que tantos periodistas y supuestos investigadores estuvieron; el primero en criticar como lo hice al poder Judicial poblano, antes del escándalo “precioso”; el primero en afirmar y sostener la inexistencia de división de poderes en Puebla y, por lo mismo, la subordinación del Judicial al Ejecutivo, cosa confirmada por el famoso “audioescándalo”. También fui uno de los pocos, muy pocos, críticos abiertos y públicos del gobernador Marín y el marinismo (y uno de los todavía más pocos que lo hizo analítica y transparentemente, sin nunca renegar de o contradecir esa crítica, como otros por momentos); el primero y el único en calificar con razones y hechos al estado de Puebla como, históricamente, un enclave autoritario. A los textos-pruebas me remito, a decenas de textos publicados, en periódico y revistas, en Puebla, la Ciudad de México y España, desde finales del sexenio anterior al del “precioso” Marín… Todo eso corriendo los riesgos que los otros nunca corrieron, pagando los costos que ellos nunca pagaron. Y ellos, nunca yo porque no lo soy, son los que se las dan de héroes periodísticos y civiles!
Da coraje, enoja racionalmente, el pasado y el presente de los medios de Puebla. Ah, el periodismo local y sus simuladores, esos grillos, esos mentirosos. Esos a los que siempre he criticado a partir de su trabajo y que siempre han hecho sus berrinches confirmatorios. Y, ah, para mi tristeza, los que dejaron de criticar a Marín, los que hasta terminaron por hacerle el juego durante la campaña electoral pasada, los que confunden lo que son la amistad y la enemistad y el buen/mal periodismo, los que se han envilecido pero se creen autoridad, los que parece que ya no distinguen nada. Ya veremos qué hacen con y sobre el nuevo gobernador. Pero el optimismo democrático no cabe, no en este momento…