martes, 19 de marzo de 2013

Entrevista AMECIP

Pensando en los estudiantes de Ciencia Política, alias (algunos) "aspirantes a politólogos", lo que hace mucha falta por estos y otros rumbos, la talentosa Ana Farías Calderón -no estamos emparentados, salvo intelectualmente, creo- me entrevistó para la sección correspondiente de la nueva Asociación Mexicana de Ciencias Políticas (?), la AMECIP. Que hay que leer aquí: 
Como es evidente -y por la vía de las evidencias-, mis respuestas no constituyen un modelo de "corrección política". Mejor! Dónde creen que están?! Ciertas respuestas pueden provocar enojo; lo sé; me tiene sin cuidado. Es que también sé que tal enojo confirma la verdad y necesidad de una posición como la mía (no todo está mal, o muerto, pero tampoco todo está bien o mejorando; hay mucho de malo aquí y hay que cambiarlo, y para cambiarlo hay que decir A-B-C antes). En otras palabras, sólo simuladores o atrasados -farsantes o mediocres- pueden enojarse y van a enojarse por cosas como las que digo. Si no estás comprometido con la educación de calidad y, por lo mismo, con el progreso real de la Politología en México, serás uno de los irritados. Si X se enoja es porque le queda y se puso el saco, y porque no tiene la razón.

jueves, 14 de marzo de 2013

Algo así dicen y tienen que decir los verdaderos liberales

"[It is] highly desirable that the certainty of subsistence should be held out by law to the destitute able-bodied". John Stuart Mill (fundador del liberalismo moderno, como reconoció Isaiah Berlin). 

lunes, 11 de marzo de 2013

Es conocida la política vaticana?

Sí. Doblemente: en el sentido "chafa" de ser “famosa” y en el sentido "serio" de ser efectivamente objeto de conocimiento, lo que a su vez quiere decir que es conocible y que existen investigaciones y resultados cognitivos sobre ella. Ambas cosas, juntas, suponen e indican que la política es real. Y "realpolitik"... vaya que también lo es! Me refiero a la política vaticana como la “grilla” interna, esto es, la lucha por el poder en la frecuentemente baja (calidad) parte alta (posición) de la Iglesia católica, no como “policy” -que de todos modos tendría que ver con “politics”, o ésa y otras “grillas”, y es igualmente “conocida”.
Esa política puedes conocerla, entonces. No por completo ni a la perfección, pero sí suficientemente. Sobre todo vía efectos; efectos precisamente públicos de una forma u otra. Ejemplo: la elección de un Papa implica y representa no al "espíritu santo", ni a cualquier otro personaje literario, sino un sistema electoral. Ese sistema es un efecto político, la decisión de ciertos actores -humanos y ya- bajo ciertas circunstancias -reales y ya-, y está formalizado, es decir, es legal y, por tanto, básicamente público de algún modo y, por tanto, susceptible de estudio(s). El sistema electoral define, moldea o influye estrategias de los actores; éstos, los grupos “curiales romanos” y sus respectivos cardenales en este caso, actúan políticamente en privado y también en público de múltiples maneras, tanto lejos como cerca de los días electorales en estricto sentido. Así, no sólo podemos observar elementos de la “grilla” sino relacionarlos con y hasta buscarlos y establecerlos a partir del tipo de sistema electoral (en combinación con otros factores). Etcétera. Y no puede olvidarse que el Vaticano tiene y usa medios propios -hay un periódico oficial, entre otras cosas- y se relaciona con otros, lo que significa que se "ofrece" información y se envían mensajes diversos (incluidas "filtraciones" que siguen las correlaciones de fuerzas e intereses internos y externos). La Iglesia también es un enorme (internacional) cuerpo-actor político puro y duro, "amén" de un Estado, claro está.