lunes, 30 de abril de 2012

Lewis, Galbraith, "el capitalismo", y una unión

"Empezando con Marx en 1848, cada vez que ha habido una gran depresión la gente ha pronosticado el colapso inminente del sistema capitalista, de manera semejante a como los primeros cristianos estuvieron siempre preparados para la llegada inminente del Juicio Final. Hasta ahora el sistema ha revivido siempre y continuado su marcha con tanto vigor como antes, aun cuando no cabe la seguridad de que así seguirá sin excepción". Arthur Lewis.
"No tenemos necesidad de cambiar de sistema ["el capitalismo"]. Estoy convencido de que podemos adaptarlo operando en él las reformas necesarias. Pero todavía es necesario que realmente exista la voluntad de ponerlas en práctica". John Kenneth Galbraith. 
Lewis, economista negro ("afroamericano" nacido en Santa Lucía) no exactamente "neoclásico" y ganador del Premio Nobel, dijo eso en 1977, en conferencia en la universidad de Princeton. Galbraith, economista canadiense "nacionalizado" estadunidense e izquierdoso dolor de cabeza para el Partido Republicano gringo, dijo lo suyo en 1978, en entrevista con Nicole Salinger. Ninguno de los dos fue o es antecedente, ni exponente ni defensor del neoliberalismo. Los dos tuvieron razón y, traídos a la actualidad, en el sentido de las citas, siguen teniéndola. Hay que visitarlos de nuevo. 
En resumen -mi resumen, que une en el presente lo dicho por ambos economistas: capitalismo sí, neoliberalismo no. Más: liberalismo verdadero y la democracia liberal, que  tampoco es sinónimo de neoliberalismo, es perfectible (“la calidad de la democracia”...) y, de todos modos, es mejor que sus antónimos y competidores posibles y/o reales. No puede olvidarse que si realmente ha habido (hay) democracia, ha habido (hay) capitalismo(s), pero si hay capitalismo no necesariamente hay democracia(s). “El capitalismo”, esto es, el tipo económico de sistema de producción capitalista y sus subtipos o variedades, no ha muerto y no va a morir, no en el corto ni mediano plazos, ni por “muerte natural” -o, dicho “marxistamente”, por sus “contradicciones”- ni por revolucionario asesinato político o popular. A pesar de todo lo que ha pasado desde 2008, desde hace 4 años... Socialmente, que muera “el” capitalismo tampoco sería del todo conveniente, ni la mejor alternativa existente ni posible, mucho menos garantía de nada positivo, dadas la historia, el presente y lo que contienen como ofertas “anticapital” o "postcapital". Así como es cierto que el capitalismo no es un monolito inmutable y, por tanto, que hay clases de capitalismos, es cierto que uno de ellos –entre otros, no todos, como el “monopólico de Estado”- es malo para mayorías sociales y ciertas minorías no financieras: el capitalismo neoliberal coculpable de la anterior crisis financiera internacional; un capitalismo "zombie" -a la John Quiggin- al que no se reduce la democracia realmente existente y que puede y debe ser sustituido. Eso es factible y a la vez necesario y mejor: cambiar el capitalismo, cambiar de capitalismo; aceptar el sistema capitalista pero eliminar su modelo neoliberal. Democráticamente (en este caso, política institucional + acción civil-mediática de crítica y exigencia + protesta social), "reformemos" el capitalismo en dirección no sólo no neoliberal sino antineoliberal. Otro capitalismo es posible! Y ello, un proyecto justo, y viable. Por un capitalismo sociodemoliberal con perspectiva de desarrollo humano sustentable… Y, no se olvide, ni es fácil ni nada será perfecto. 

lunes, 23 de abril de 2012

Lo dijo Benjamin Franklin

"El que vive de esperanza, muere de sentimiento".

jueves, 19 de abril de 2012

Eufrosina

"A pesar" (es que también es su derecho...) de que se "unió" al PAN (no creo que sea panista más allá de una formalidad...), sigo sin tener duda de que Eufrosina Cruz Mendoza es una mujer no sólo respetable sino admirable. La vi, obviamente la escuché, ayer en el programa de televisión "Shalalá" (molesto nombre...) conducido por Sabina Berman; confirmé varias cosas: Eufrosina es defendible, globalmente, también puede defenderse sola y se defiende sola bastante bien, aunque en mucho no tendría por qué hacerlo, porque no miente, tiene razón en no poco, tanta razón bien mezclada con cierta experiencia personal y familiar-social que es una refutación andante de los neoindigenistas y los multiculturalistas en sentido estricto, y porque es voluntariosa e inteligente, mucho más inteligente que las Sabina Berman.