lunes, 1 de junio de 2009

Sobre Juan Linz

Hace unos días, en su estupendo blog, Jesús Silva-Herzog Márquez dio cuenta de la aparición (en España) de las obras escogidas del académico Juan Linz. Uno de los lectores de ese blog hizo el siguiente comentario a otro que preguntaba por libros de Linz (lo reproduzco tal cual):

Como dice el blogger, Julian no vas a ver los libros de Linz por aqui. De Linz no encuentras nada que no sea lo de la quiebra de la democracia y el presidencialismo contra el parlamentarismo, son cosas que llegaron porque la editorial espanola que los tiene es muy grande, es trasnacional. Linz tiene muchisimas cosas extra. Tache a la academia de los mexicanos que no le hace caso a Linz, nunca se oye del autor, nadie se vale de algo suyo, ninguna revista o libro le ha dedicado algo ni se le ha publicado algo directamente aqui. La verdad, no creo que haya nadie mexicano que lo haya leido en su trabajo que no sea el de los libros que cito antes. !Con lo que vale la pena!
Publicado por: Mario Romero 11 de mayo de 2009 at 20:47

Mario Romero (sospecho que es un estudiante de ciencias sociales) hace lo que, por estos lares, casi toda la juventud estudiantil y casi todos los "ciudadanos politizados" que "participan" mediante blogs hacen (con respecto a "la polaca" y los problemas mundiales): hablar o escribir de inmediato sobre todo lo que les pase por delante con una impresionante seguridad para afirmar cualquier cosa. No les importa que no sepan lo que dicen o que digan algo sin sustento, tampoco les importa cómo usan los datos y las palabras, lo que quieren es decir algo, lo que les importa es que ellos lo crean y no la credibilidad y utilidad de lo dicho. No estoy en contra de que hablen o escriban: estoy a favor de que se informen más y mejor, piensen tanto como les sea posible, lancen preguntas, y sean prudentes y serios y no irresponsables al formar y emitir sus opiniones. De lo contrario, no se puede dialogar ni debatir (que es lo que supuestamente buscan). Y ellos no van a poder entender mejor ni decidir mejor frente a los problemas comunes o asuntos que les preocupan o interesan. Si esto último es lo que quieren, el camino que están siguiendo es el equivocado. Repito: no cuestiono el deseo sino el camino; que opinen, pero no tengo por qué respetar que opinen por opinar y mucho menos voy a alentar que opinen y ya, que el hecho de que opinen sea el gran fin. Todo eso debe ser claro y obligado para un estudiante de ciencias sociales; tristemente, no es el caso en estas tierras. Como Mario Romero lo demuestra: refiriéndose a cosas académicas, se pone a afirmar y “tachar” cuando, evidentemente, no tiene toda la información a la mano, no la ha buscado exhaustivamente, no ha examinado los puntos con suficiencia y, entonces, lo que tiene son creencias todavía! De esta suerte, le di una respuesta a Mario, que ya no dijo nada. Esto es lo que puse en el blog de JSHM; lo reproduzco tanto por todo lo anterior como para dejar a los lectores de este blog algo sobre el gran Juan Linz:

Mario Romero: un “tache” también para ti: si bien Linz no es el académico del que “todo mundo” habla y escribe en México (es decir, ciertamente no se oye ni lee mucho de/sobre él por estos rumbos) y no se le cita con gran frecuencia en “la academia de los mexicanos”, sí es un autor que ha tenido presencia editorial -una un tanto mayor de la que le concedes- y que sigue teniéndola conceptual y terminológicamente hablando. De hecho, sí se le ha publicado algo “directamente aquí”: el libro El Factor Tiempo en un Cambio de Régimen, editado en el 94 por el Instituto de Estudios para la Transición Democrática. ¿Nadie aquí se vale de algo de Linz? Diría que casi todos los que, dentro y fuera de México, dentro y fuera de medios, publican y discuten sobre problemas políticos se valen de algo suyo (de su creación), aunque varios no lo sepan o no lo reconozcan: la categoría “autoritarismo” (como régimen político). Cuando menos, entre esos “casi todos”, se ocupa el término como algo político-institucional o sistémico, como algo más que una actitud de los poderosos. Además, la mayoría de los defensores del parlamentarismo (especialmente en Latinoamérica, por tanto en México) se apoyan en o recuperan los argumentos linzianos (algunos a veces ya sin siquiera referir a Linz, quizá algunos otros hasta sin saber de él y su trabajo). ¿No hay nadie mexicano que haya leído de Linz algo más que dos de sus libros más famosos? Te equivocas al creer eso. No son muchos pero hay mexicanos que conocen “la obra” linziana (o un gran trozo de ésta, que es enorme), entre ellos Alonso Lujambio (que estudió con él), Manuel Barquín y Soledad Loaeza. Seguramente Jesús también tiene buen conocimiento de ella. En cuanto a que “ninguna revista o libro [de México] le ha dedicado algo”, te informo que una revista lo ha hecho: Estudios de Política y Sociedad (BUAP) publicó en uno de sus números de 2006 una serie de artículos sobre la persona y obra de Linz, tres de ellos escritos por José Ramón Montero (su discípulo más destacado como politólogo), Philippe Schmitter (por cierto, el más reciente ganador del Premio Johan Skytte, el Nobel de la Ciencia Política) y Alonso Lujambio. En lo que tienes toda la razón, Mario, es en que vale la pena leer a Linz. Y sería bueno que en México se le leyera más y mejor, y que sus textos sobre tantos otros temas llegaran (impresos, en español) en mayor cantidad. No se tiene que estar de acuerdo en todo con él (yo no lo estoy), se trata de poder aprovecharlo, ¡que aprovechable, es!

Saludos,
José Ramón López Rubí C.
Publicado por: José Ramón López Rubí C. 14 de mayo de 2009 at 23:06