Después de conocerse el intento de los consejeros del IFE de aumentarse notablemente el sueldo, la prensa le preguntó al consejero Marco Antonio Gómez Alcántar si ello no le parecía inmoral, sobre todo dada la crisis económica. Su respuesta fue que “es constitucional y lo que es constitucional y legal no puede ser inmoral”. No puedo más que –como habría dicho mi abuelo- cagarme en la leche. ¿De dónde salió este consejero electoral? No puede ni debe ocupar tan alto cargo. ¿Qué es: idiota, lego político-jurídico-electoral o cínico político? Su respuesta corresponde a la que darían los idiotas, los legos político-jurídico-electorales y los cínicos políticos. Acaso el consejero Gómez Alcántar sea las tres cosas. Lo que es claro es que la respuesta es de una falsedad obvia y del tamaño de Internet, por lo que da pena leerla y no es necesario desmontarla. Igual de claro es que el asunto no es de constitucionalidad ni de legalidad sino de ética, sensibilidad y racionalidad públicas. ¡Cómo se extraña al IFE de la época Woldenberg!
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