¿Se puede justificar éticamente desear algo bueno para uno y no desearlo para los demás? ¿O exigir para uno algo bueno y no exigirlo para otros (civil y argumentativamente, y desde un plano normativo democrático-humanista) o no calificarlo como exigible por otros? ¿Cómo se haría tal cosa? ¿Cómo podrían justificarse éticamente los que gozan –en un doble sentido de la palabra: tener reconocidos y ejercer con celo y gusto- los derechos humanos pero creen que por “razones” de diferencia cultural no es posible ni correcto desear y argumentar que se les reconozcan esos derechos a quienes no los disfrutan? ¿Cómo? Así los multiculturalistas indigenistas (los gringos y europeos, sobre todo) y demás relativistas culturales que viven y gozan de "Occidente" y, por tanto, “relativizadores” de los derechos humanos.
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