Le cuento a una amiga que he abierto un blog. Se sorprende: yo no estoy en facebook, ni en hi5 ni en myspace; odio el chat; entro a youtube muy poco; sólo uso Internet para enviar y recibir correos electrónicos y leer o revisar periódicos, revistas y algunos blogs. Ni siquiera bajo música. ¿Por qué abro un blog? Porque cada vez envío más correos en los que, compartiendo textos o vínculos a algunos, termino escribiendo notas, haciendo reflexiones y críticas, que por su presentación y alcances quedarían muy bien como entradas de una bitácora no personal-familiar. Entonces, este blog cratoscópico es el traspaso de parte de mi actividad en el “mail” relacionada con mi trabajo y lo público. Quiere (el blog), asimismo, expandir una forma sustentada de criticar lo que pasa y no es enteramente privado: criticar con argumentos y datos, pero con una escritura "casual" (no descuidada; nunca), lo que afecta a varios o a todos y que puede tanto interesar racionalmente como servir a otros que no sean los habitantes de la academia. ¿Y por qué se llama Cratoscopio? Así se llamaba una revista electrónica que fundé y dirigí en 2007 y que duró muy poco tiempo -no fue posible continuarla. (Se podría decir que esa revista se convirtió después en el suplemento de política y cultura que fundé y dirijo en Puebla, Refectorio, el cual termina el 2008 con 11 números quincenales). ¿Y qué sería un cratoscopio? Pues un instrumento para ver y examinar el poder. La existencia y funcionamiento de ese instrumento están implícitos en la descripción de este blog (lo que aparece al inicio de la página, abajo del nombre).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario