lunes, 19 de enero de 2009

Sobre arte verdadero y falso

Evidentemente, no soy profesional de la crítica de arte, ni quiero serlo. Pero soy seguidor del arte y leo sobre él. Al seguirlo y leer al respecto, y ser alguien de visión racional-humanista y dedicado a pensar, no puedo dejar de pensar seriamente un poco sobre el arte. Leyendo a Avelina Lésper he vuelto a hacerlo sobre el trabajo de algunos autonombrados artistas, del cual he podido ver de primera mano algunas "piezas"; con sus textos (los de Avelina) he podido confirmar algunas reflexiones hechas previamente. Va una de mis conclusiones (la cual no se pretende final o definitiva):

El arte -si lo es en verdad, si es real- no es ni puede ser fácil de hacer (alguien que no tiene talento no va a hacer arte, y un talentoso que no trabaja duro probablemente no va a ser un artista). Pero, si no se es parte de un contexto socioeconómico de subsistencia (si se tiene tiempo-espacio-recursos varios para algo más que sobrevivir), el arte sí sería fácil, al menos, de admirar y/o respetar –sin entrenamiento especializado de por medio y sin “ayuda” o presión de publicidad o curadores interesados. (Poder o no poder nombrarlo y clasificarlo, comprender y explicar su proceso y estructura, es cosa distinta, y es lo de menos si no se es crítico de arte sino “público” del arte. Por otro lado, mientras más y mejor educación/sensibilización se tenga, más se le disfrutará y aprovechará). Con el “arte contemporáneo conceptual” (instalaciones, intervenciones, performance) sucede lo contrario: no es ni puede ser difícil de hacer (basta ver qué es, en qué consiste, para concluir que no requiere talento más trabajo duro) y es difícil, si no es que imposible, de admirar o respetar objetivamente; asimismo, o no es auténticamente inteligible o no es mayormente intersubjetivo, tampoco es aprovechable, entonces, directa, racional y duraderamente, para el espectador (sólo lo es, indirectamente, para quien lo ha atestiguado y piensa "profesionalmente", como objeto de reflexión crítica). Por eso, en realidad, el “arte contemporáneo conceptual” no es arte. Y sus “artistas” no son tales, mucho menos son pensadores.
O puestas las cosas en su nivel más básico:
Arte verdadero: difícil de lograr (artista), fácil o potencialmente fácil de disfrutar (público) por conmovedor, tranquilizador, inquietante o aleccionador.
Arte falso: fácil de realizar (“artista”), difícilmente disfrutable (público).

*Al referir la palabra “concepto”, el término “conceptualismo” (el equivalente de “arte contemporáneo conceptual”) da una idea de “arte inteligente” que no es válida: es una idea falsa: en este “arte” la inteligencia no aparece, se reduce a la pose.

** Avelina Lésper es una talentosa y claridosa crítica de arte; vale la pena leerla. Su blog es avelinalesper.blogspot.com

1 comentario:

Unknown dijo...

Muy interesantes estos posts sumergidos en el arte. Un par de oportunas y agradecibles recomendaciones. Una cita hermosa. Una reflexión sólida.
¡Qué gusto saber de cientistas sociales así cultos y sensibles! Que eso no les quita especialismo y rigor, antes bien los fortalece.
Leeré a la señora Lésper.